
En lo referente a la obra del templo y de historia familiar, tengo un mensaje de suma importancia: Esa obra debe acelerarse. La obra que espera para ser efectuada es sorprendente y escapa la comprensión humana. El año pasado efectuamos investiduras en forma vicaria por unos cinco millones y medio de personas, pero durante ese año murieron unos cincuenta millones. Esto podría sugerir que la obra frente a nosotros es inútil pero no podemos pensar en ello. Sin duda el Señor nos apoyará si damos nuestro mejor esfuerzo al cumplir el mandamiento de efectuar la investigación de historia familiar y la obra del templo. La gran obra de los templos, y todo lo que la apoya, debe expandirse. ¡Es imperioso que se haga!
En años recientes, hemos comenzado a utilizar la información tecnológica para apresurar la obra sagrada de proporcionar ordenanzas en beneficio de los muertos. La función que tiene la tecnología en esa obra la ha apresurado el Señor mismo, cuya mano guía su desarrollo y lo seguirá haciendo. Sin embargo, sólo estamos en el umbral de lo que realmente podemos hacer con esas herramientas tecnológicas. Creo que nuestros pronósticos más entusiastas sólo captan una fugaz percepción de lo que ellas pueden hacer para ayudarnos y de las consecuencias eternas de ese empeño.
El propósito de la obra de historia familiar es hacer que las bendiciones del templo estén al alcance de todos, tanto vivos como muertos. Al asistir al templo y efectuar la obra por los muertos, adquirimos un sentido profundo de alianza con Dios y una mayor comprensión de Su plan para la salvación de la raza humana. Aprendemos a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ciertamente, no hay otra obra igual como la que se realiza en el templo.
En años recientes, hemos comenzado a utilizar la información tecnológica para apresurar la obra sagrada de proporcionar ordenanzas en beneficio de los muertos. La función que tiene la tecnología en esa obra la ha apresurado el Señor mismo, cuya mano guía su desarrollo y lo seguirá haciendo. Sin embargo, sólo estamos en el umbral de lo que realmente podemos hacer con esas herramientas tecnológicas. Creo que nuestros pronósticos más entusiastas sólo captan una fugaz percepción de lo que ellas pueden hacer para ayudarnos y de las consecuencias eternas de ese empeño.
El propósito de la obra de historia familiar es hacer que las bendiciones del templo estén al alcance de todos, tanto vivos como muertos. Al asistir al templo y efectuar la obra por los muertos, adquirimos un sentido profundo de alianza con Dios y una mayor comprensión de Su plan para la salvación de la raza humana. Aprendemos a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ciertamente, no hay otra obra igual como la que se realiza en el templo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario